El coche de colección.

El coche de colección se ha convertido en una de las mejores alternativas para la inversión de grandes cantidades de dinero. Desde que en el año 2012 el prestigioso diario económico Financial Times dedicara un amplio reportaje a esta creciente forma de inversión y la calificara como la mejor forma de inversión en tiempos convulsos, los precios de los mejores coches de colección no han hecho más que subir.
Hay que separar antes que nada tres tipos de vehículos de colección. Por un lado, están los clásicos que han tenido una gran venta, modelos como el Citroën 2 CV, por ejemplo, o el Seat 600, o las primeras generaciones del Volkswagen Escarabajo. Son coches interesantes para sus propietarios pero con un valor mínimo por la cantidad de oferta disponible. Estamos hablando de coches que pueden costar menos de 5.000 euros.
En un segundo estadio encontramos vehículos más exclusivos, ya propios de un coleccionista de verdad, alguien que está dispuesto a pagar dinero por una pieza concreta, por un Ferrari, un Porsche o un Maserati, un Bentley o un Alfa Romeo, pero dentro de vehículos con una buena producción. Por ejemplo, podemos hablar de un Porsche 911 de 1970, o de un Maserati Ghibli también de esa época. Coches que pueden estar por debajo de los 100.000 euros.

Y luego están los clásicos de verdad, los “pata negra”, piezas únicas que tienen un precio en muchos casos incalculable. Y que se les pone un precio solo en función de las necesidades de dinero de su propietario en un momento determinado.  El coche con el que Stirling Moss ganó tal o cual carrera, el primer Porsche 911 que salió de la cadena de montaje, un Ferrari único o un Bugatti Royale.
En este caso podemos estar hablando de vehículos por los que se han llegado a pagar en subastas en los últimos años hasta 30 millones de euros. Son los vehículos más apreciados, piezas únicas que representan los vehículos más legendarios de la historia de la automoción que ya tiene 128 años a sus espaldas.
En estos coches de colección “pata negra” hay todo tipo de vehículos. Desde coches lujosos, a deportivos, pasando por vehículos de carreras y, por supuesto, los hay de todos los países. Pero quizá los más buscados, o por los que se llega a pagar más dinero,  los encontramos entre los fabricados en Alemania, Italia, Francia o Estados Unidos.  
En la lista de los coche más caros, al menos de los últimos años, destaca uno por encima de todos: un Bugatti. Se trata del 57 SC Atlantic, un espectacular vehículo del que solo se hicieron dos unidades. Una está en la famosa colección particular de Ralph Lauren y el otro era propiedad de un coleccionista, Peter Williamson, pero este lo vendió en el año 2010 por una cantidad próxima a los 29 millones de euros al Mullin Automotive Museum de California.

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